sábado, 27 de agosto de 2011

Entre la irresponsabilidad y el descaro


Por Andrés Pascual



       Resulta que un tal Ernesto Milanés, que hasta el gato que tenía era de la DSE, recibió una visa para viajar a Estados Unidos…

       El tipejo, presentado como “artista plástico”, negociante de “humidores”  de tabacos y de 43 años de edad, es un ex convicto de “10 añojos halados” por trafico de drogas, aunque se justificó con que “solo la consumía” y que la sanción se debió a un escarmiento (chivo expiatorio de rara factura) por ser el hijo de un criminal de alto rango del MININT y por lo cercano al momento de cometer un delito que es el “hobby” de la nomenklatura con la causa de Ochoa.

      Lo interesante es que le aprueben una visa a un cubano de la “nueva clase”, además, ex convicto por lo mismo que se la niegan a muchos otros,  ¿Por qué puede viajar aquí este tipo de elemento aun sin antecedentes penales? ¿Cuántos más han logrado colarse entre artistas, hijos de asesinos, novios de hijas de asesinos y asesinos ellos mismos y otros más? ¿A quién le toca fumigar un depósito de bacterias castrocomunistas, que solo los americanos han permitido que se infectara? o, ¿Acaso buscan que alcance el nivel de epidemia?

     Dicen que Milanés era amigo del encargado en primer rango de la Sección de Intereses; por una estola (no bufanda), que se pone al cuello muy a lo Alfredo Guevara, el muchacho parece “ganso”.

      ¿Un delincuente desde Cuba por la vía normal? Como no, a fin de cuentas, la tiranía le cambia los antecedentes penales, si es que le asentaron la causa, como hacen con la edad de los peloteros y los boxeadores. Se comenta que en Cuba se compran o se fabrican causas de la UMAP y del Presidio Político, solo se necesitan 5,000 dólares y un testigo; después de todo, en la Oficina sita en la Embajada de Suiza hay 20 agentes del G-2 trabajando por cada americano y las decisiones las toman los sicarios del MINREX.

     Lo que le zumba el mango es que en el período 1978-1988 hubo que soportar, en la prisión o en la propia Sección de Intereses, que un chicano, enviado como miembro de la Comisión Americana de Inmigración y Extranjería, le preguntara a cualquier preso o ex preso que “si era militante del PCC” y daba igual que tuviera en las costillas 3 que 33 balas de tiempo carcelario, sazonada con la negación de entrada a este país porque, en la sanción, esos H de P escribieron que “poseía una caja de fósforos en uno de sus bolsillos”, suficiente para considerar “un acto terrorista” el motivo del encarcelamiento.

        A principios del año pasado el J’ de la Sección de Intereses americana en La Habana, en una fiesta a la que invitaron solo a esbirros del régimen, permitió que Teófilo Stevenson, que oficialmente no puede venir a este país por desfigurarle la cara a golpes a un guardia de seguridad en el Aeropuerto de Miami y Chucho Valdés, buscado por evasión de impuestos en Nueva York, difrutaran el banquetón como parte de la comitiva sin ningún tipo de problemas.

      A Lucas Espinosa Coca, ex alzado con 23 años cumplidos de una sanción de 62, le negaron la visa en el Combinado del Este porque, “el alzamiento de Las Villas, (supuestamente apoyado por Estados Unidos) fue una acción terrorista”, dicho en su cara y en la de casi todos los que estábamos allí por un funcionario americano en 1985.

      La visa con la cual hemos viajado a este país los presos y ex presos políticos cubanos es la 207, promovida por el Departamento de Apoyo a Perseguidos Políticos bajo el Programa de Ayuda a los Refugiados de la ONU.     

     Estas son cosas que también se deben analizar a la hora de opinar sobre las supuestas razones por las que el pueblo de Cuba no esta en las calles “a lo Egipto o a lo Libia”; sencillamente, no creen en nadie, ni en los americanos ni en nadie y lo conocen todo, aunque parezca que no…














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